"Fue
un error que Crawford Tillinghast se dedicara al estudio de la ciencia y la
filosofía. Esas materias deberían estar reservadas al investigador frío e
impersonal, ya que ofrecen dos caminos igualmente trágicos al hombre sensible y
de acción: la desesperación si fracasa en sus estudios, y el espanto más
inaudito e inimaginable si triunfa."
Así reza uno de los párrafos contenidos en el fantástico
relato breve del maestro H.P. Lovecraft titulado Desde el más allá (From Beyond, 1934) y que fue llevado a la
gran pantalla muchos años después bajo el estrambótico título de Resonator (From Beyond, 1986). Por
cierto, no os perdáis la inolvidable y excitante escena en la que la
neumatiquísima Barbara Crampton se viste de cuero y látex negro.
Bien,
volviendo al tema que nos ocupa y que no es otro que la narración del célebre
escritor norteamericano, en ella se cuentan las terribles desdichas del doctor
Crawford Tillinghast, autor de "investigaciones orgánicas y metafísicas".
Tillinghast sostiene que los cinco sentidos humanos son débiles y limitados y
que hay "otras existencias dotadas de una serie de sentidos más
amplios, poderosos o diferentes."
Con el objetivo de demostrar sus teorías, consigue crear una
máquina generadora de ondas "que actúa sobre ciertos órganos
sensoriales que habitan en nuestro interior en un estado rudimentario y de
atrofia." Al conectarla y tras los chisporroteos y runruneos
pertinentes de rigor, apareció una extraña coloración. Dirigiéndose a su
ayudante, el doctor Tillinghast afirma:
- "¿Sabes
qué es eso? -susurró-. ¡Son rayos ultravioletas! [...] Tú creías que eran
invisibles, y así es... pero ahora puedes verlos, al igual que otras muchas
cosas invisibles."
Al parecer, el extraño dispositivo creado por Tillinghast
estimula la glándula pineal de las criaturas vivientes,
"el mayor órgano sensorial". Un poco más adelante:
- "No te muevas, pues con esos rayos pueden vernos
tan bien como nosotros los vemos."
Resulta un tanto discutible que unas ondas (sean del tipo
que sean) provoquen la estimulación de la glándula pineal, esa glándula a la
que el mismo René Descartes atribuyó ciertas propiedades místicas de conexión
entre cuerpo y alma. Pero la historia de Lovecraft resulta más bien inspirada
por la creencia en los centros de energía o chakrás de ciertas culturas asiáticas,
como la hinduista. En efecto, uno de éstos, el conocido como agñá chakrá se relaciona con la glándula pineal, y
se simboliza por un loto color añil con dos pétalos. El agñá es el chakrá del
tiempo, la percepción y la luz, atribuyéndosele las propiedades de un "tercer ojo", atributo que no posee en absoluto desde un punto de
vista orgánico, aunque sí guarda cierta relación con la función fotosensorial.
Por otro lado, lo que sí resulta cierto es que el órgano humano de la
visión no posee la propiedad de captar la radiación electromagnética
correspondiente a la longitud de onda del ultravioleta, pues resulta que el
cristalino, la lente encargada de enfocar sobre la retina los rayos de luz que
llegan a nuestros ojos tiene la capacidad de absorber justamente en ese rango
particular de longitudes de onda. Asimismo, el cristalino también actúa como filtro de luz visible, impidiendo el paso
de buena parte de la luz más energética, la correspondiente al color azul. Cuanto más viejo es el ojo y, sobre todo, si se llega a desarrollar una catarata, menos luz llegará a la retina de esta parte del espectro. Un paciente operado de cataratas nota un cambio de luminosidad debido a que la componente azul del espectro visible aumenta repentinamente y puede incluso experimentar un cambio en la percepción de los demás colores del espectro cromático.
"Un poco después, sentí que unos seres animados y
gigantescos pasaban rozándome, o caminaban o se deslizaban a través de mi
cuerpo supuestamente sólido... "
Con lo que me quedaría es con el aforismo con que se inicia, no tiene desperdicio incluso para más de un político. Y si algo debe merecer la pena seguramente sea esa vestimenta de pegamoide que dices llevaba la moza; para verla.
ResponderEliminarPor lo demás, llegar a ver rayos de esos supongo que representaría un tremendo dolor de cabeza y ojos. Qué glaucoma :))´
Saludos y por dicembre buenas fiestas...y de enero también