Episodio 2º de la primera
temporada de la serie de TV Futurama. Nuestros intrépidos protagonistas Fry,
Leela, Bender y Amy se encuentran cumpliendo una de sus misiones de transporte
de mercancías en la Luna, donde se ha instalado un asombroso parque temático en
un ambiente paraterraformado.
Mientras Amy trata de recuperar
las llaves de la nave que han sido extraviadas, Leela y Fry deciden hacer una
pequeña excursión por la superficie de la Luna. Tras precipitarse con su rover
al fondo de una sima y después de darse cuenta de que sus tanques de oxígeno
casi se han agotado, consiguen llegar desesperadamente a una granja donde un
extraño individuo convive con sus tres hijas robot. Y, claro, como la
curiosidad mató al gato, el siempre pendenciero Bender se acerca también por
las inmediaciones de la granja y trata de seducir a una de sus congéneres, con
el consiguiente enfado de su papá humano. Éste acusa a los tres de tamaña
fechoría y comienza una enloquecida persecución por la superficie de nuestro
satélite.
En un momento dado, nuestros
amigos, que huyen a pie, se dan cuenta de que la noche lunar se acerca a toda
velocidad. Aterrorizados por la posibilidad de morir congelados echan a correr
a todo lo que dan sus piernas. ¿Tienen alguna posibilidad real de eludir una
muerte cruel y heladora?
Veamos, todos hemos escuchado, en
una u otra ocasión, que la Luna siempre muestra la misma cara a nuestro
planeta. Esto sucede porque el tiempo que emplea nuestro único satélite natural
en describir una órbita completa alrededor de la Tierra es prácticamente idéntico
al tiempo invertido en dar una vuelta en torno a su propio eje. Dicho de otra
manera, los períodos de rotación y traslación alrededor de la Tierra son iguales:
aproximadamente, unos 27 días, 7 horas y 44 minutos.
Ahora bien, ¿cómo saber si la
gélida noche lunar alcanzará sin remedio a nuestros amigos? Pues nada más
fácil, ya que para que tal hecho suceda debe cumplirse que la velocidad de
rotación de la Luna (que coincidirá con la velocidad a la que la sombra recorre
la superficie lunar o, más rigurosamente, el terminador, la zona que delimita
la región entre sol y sombra, entre noche y día) debe ser mayor que la
velocidad a la que pueden correr Leela, Bender y Fry. ¿Cuál es entonces la
velocidad de rotación de la Luna alrededor de su eje? Consultemos la voz
sagrada de la Wikipedia.
Nuestro vecino selenita es un
cuerpo celeste de unos 3476 km de diámetro en el ecuador. Como tarda más o
menos 27,3 días en completar una revolución, esto significa que si dividimos la
longitud del ecuador (pi veces el valor del diámetro) por el tiempo empleado,
tendremos la velocidad buscada. En nuestro caso: 16,7 km/h. Así pues, a esta
velocidad deberán galopar, como mínimo, los intrépidos violadores de hijas
robot. Difícil, pero no imposible. Más problemático, en cambio, podría
resultar, la falta de oxígeno a la hora de respirar a un ritmo capaz de
compensar el enorme gasto metabólico que requiere desplazarse con una velocidad
comparable a la mitad del valor de la velocidad máxima a la que llega a correr
un atleta de élite los 100 metros lisos.
Por otro lado, nuestros amigos
podrían tener más fácil lograr su hazaña si se desplazasen por la superficie de
otros cuerpos del sistema solar, como Mercurio, donde la velocidad de rotación
ecuatorial ronda tan sólo los 10,9 km/h. De hecho, esta velocidad tan baja es
aprovechada por Kim Stanley Robinson en su trilogía de Marte para situar en
Mercurio un hábitat permanente situado a bordo de un tren cuyo recorrido
siempre se encuentra a la sombra, lejos del alcance de los rayos solares que,
sin duda, resultarían abrasadores y mortales para sus pasajeros.
Mucho más sencillo aún resultaría
correr por la superficie del ecuador (la velocidad de rotación disminuye con el
coseno de la latitud geográfica a medida que nos desplazamos hacia los polos
del cuerpo celeste en cuestión) en el planeta Venus (suponiendo que obviamos
sus condiciones de temperatura, presión, etc. absolutamente extremas) ya que
allí la velocidad es de poco más de 6,5 km/h.
En cambio, cuando se determinan
las velocidades ecuatoriales para otros cuerpos de nuestro sistema solar, la
cosa se hace cada vez más difícil, casi siempre imposible. Así, para Titán, el
mayor satélite de Saturno, es de 42,4 km/h; en Plutón 49 km/h; en Europa, uno
de los cuatro satélites galileanos de Júpiter, asciende hasta los 115,4 km/h;
en Marte se alcanzan los 867 km/h; nuestro propio planeta gira a más de 1670
km/h; Urano llega a los 9310 km/h; en Neptuno 9660 km/h; y en los dos gigantes
gaseosos Júpiter y Saturno se llega a los 44920 km/h y 36064 km/h,
respectivamente. Se necesitaría un transbordador espacial para escapar de la
noche o del día, según se mire.
Podría ocurrírsenos recurrir a
dar enormes saltos en lugar de correr. Sin embargo, para determinar si
semejante táctica resultaría exitosa, habría que tener en cuenta la influencia
del valor de la gravedad en cada cuerpo celeste considerado. Por ejemplo, en la
superficie de la Luna, el valor del campo gravitatorio es casi seis veces
inferior al terrestre. Los cálculos elementales que hace cualquier estudiante
de bachillerato demuestran que, tanto la altura como la distancia horizontal
alcanzadas en un salto, dependen inversamente del valor de la aceleración de la
gravedad. En consecuencia, si fuésemos capaces de efectuar un salto de altura o
uno de longitud con el mismo impulso y velocidad que en la Tierra (cosa que es
absolutamente discutible), alcanzaríamos unas distancias seis veces mayores en
comparación. Los records mundiales en la Luna rondarían los 14 metros para la
altura y los 54 metros para la longitud. A pesar de ello, también se puede
demostrar que el tiempo empleado en recorrer esas distancias, igualmente se
multiplica por seis. No queda, entonces, nada claro, que los records de
velocidad se modifiquen sustancialmente...
Recuerdo que este era un tema que discutiamos en la epoca de 1º de EGB. En un comic (entonces llamado tebeo) salia un vampiro que se le echaba el tiempo encima y tenia que correr a refugiarse antes que le alcanzara el sol, se veia como la linea del amanecer estaba a punto de pillarle. En el comic conseguia huir del sol, pero ya entonces a nosotros nos parecia imposible, aunque no teniamos conocimiento para demostrarlo.
ResponderEliminarEl que si que era capaz de correr mas que el sol era el Concorde, en cierto horario se veia salir el sol en vuelo, pero aceleraba y el sol volvia a desaparecer en el horizonte, ¡alcanzaba la noche!
que interesanteeeeeeeeeeeeee
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