Estamos en época de Semana Santa, tiempo de pasión, sufrimiento y resurrección. Y como soy atea hasta lo más profundo de mi alma inexistente, tanto de pensamiento como de palabra, obra y omisión, he querido compartir con todos ustedes éstas mis reflexiones, basadas en experiencias tan místicas como amargas, tanto personales como de amigos y colegas de profesión, con no pocos profesionales de la prensa "científica". Sin más preámbulos y dejando las conclusiones a cada cual, aquí van dichas reflexiones. Eso sí, he querido expresarlas en forma de Mandamientos de la ley de Dios porque, como una vez dijo Sir Winston Churchill, "la imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser, el humor los consuela de lo que son."
- Amarás la Veracidad sobre todas las cosas.
- No pronunciarás el nombre de la Ciencia en vano.
- Santificarás las fuentes, las buenas fuentes, las genuinas fuentes.
- Honrarás al Científico y al Divulgador.
- No matarás con tu ignorancia o desidia las leyes o los conceptos científicos.
- No cometerás actos impuros, como concertar citas con tus contactos y luego no aparecer, o no dejar revisar tu artículo por tu entrevistado.
- No robarás contenidos.
- No levantarás falsos testimonios, ni mentiras, ni pondrás en boca de tus entrevistados palabras que éstos nunca han pronunciado o escrito.
- No consentirás pensamientos o deseos impuros por parte de otros "colegas".
- No codiciarás los contenidos y la sabiduría ajenos.
Estos diez mandamientos se encierran en dos, a saber:
"Amarás a la Ciencia, tu único Dios, con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Y amarás al científico profesional como a ti mismo."
AMÉN
¿No eran 15?
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=uHC2j6kUr-o
Jajajaja, muy buenos los mandamientos y genial la elección del vídeo que hace Dani. Muy buena entrada. Espero no olvidar este decálogo si alguna vez me dedico al periodismo científico. Buena entrada.
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