David Deutsch es
uno de los fundadores del campo de la computación cuántica y uno de los
divulgadores más reputados a nivel internacional. Su último libro, El comienzo del infinito: Explicaciones que transforman el mundo,
traducido al español por Josep Sarret, ha sido publicado por Biblioteca
Buridán.
El
libro de Deutsch es un texto extenso, profundo, sobre ciencia, sobre física,
matemáticas, filosofía, evolución, incluso religión. No resulta en absoluto
fácil de leer, pues no se puede enmarcar precisamente en lo que conocemos como
divulgación científica propiamente dicha.
Profundamente
optimista, Deutsch va desmontando una por una con implacable lógica una enorme
cantidad y variedad de concepciones filosóficas, para él, erróneas, como son el
empirismo (todos los conocimientos derivan de la experiencia sensorial), el
inductivismo (las teorías científicas se obtienen generalizando o extrapolando
experiencias repetidas), el relativismo (no puede haber afirmaciones verdaderas
y falsas; todas han de ser juzgadas en función de un determinado baremo
cultural arbitrario), el instrumentalismo (la ciencia no puede describir la
realidad, solo predecir el resultado de una observación), el justificacionismo
(el conocimiento solo es genuino si está justificado por alguna fuente o
criterio). Para él la fuente real de nuestras teorías es la conjetura combinada
con la crítica. Hay que tener en cuenta el falibilismo, es decir, podemos estar
equivocados, y hay que intentar siempre corregir los errores. Es imprescindible
rebelarse contra la autoridad.
Principios
como el de mediocridad (no hay nada realmente significativo en los seres
humanos) son profundamente incorrectos y parroquiales (confunden la apariencia
con la realidad, las regularidades locales con leyes universales). Todo lo que
no esté prohibido por las leyes de la naturaleza debe estar al alcance de los
seres humanos, siempre y cuando se dé el conocimiento adecuado, pues tan cierto
como que los problemas siempre acaban apareciendo, resulta que los problemas
también siempre tienen solución. El progreso ilimitado del conocimiento es
posible, pues siempre se encontrarán buenas explicaciones y se desecharán las
malas, proceso que traerá implícito la aparición de nuevos problemas que
resolver y con los que se incrementará una vez más el conocimiento.
El
reduccionismo (la ciencia debe explicar siempre las cosas analizando éstas
según sus componentes) y el holismo (todas las explicaciones importantes lo son
de componentes en términos de todos, más que lo contrario) igualmente deben
estar equivocados. Según Deutsch, las explicaciones pueden ser fundamentales
sin necesidad de encontrarse en el escalón más bajo de una jerarquía.
La
premisa fundamental del libro puede resumirse bastante acertadamente en lo que
Deutsch denomina el principio
de optimismo. Según este principio la causa de todos los males está en la
falta de conocimiento. Aun siendo consciente de que los problemas aparecerán
irremediablemente y, a pesar de su dificultad, no debe confundirse ésta con la
probabilidad de ser resueltos. Todos los problemas se pueden solucionar. El
conocimiento más importante es aquel que permite detectar los errores y
eliminarlos. Esto hará que las sociedades dejen de ser estáticas (y, por tanto,
tendentes a conductas dictatoriales y dominantes sobre sus individuos,
suprimiendo su creatividad) y pasen a ser dinámicas, en busca de un
conocimiento cada vez mayor y más libres. Esta búsqueda debe incluir el rechazo
de la mala filosofía, la que impide activamente el crecimiento del
conocimiento. Deutsch considera malas filosofías al positivismo (todo aquello
que no se deriva de la observación ha de ser eliminado de la ciencia), el
positivismo lógico (todas las afirmaciones no verificables por observación
carecen de sentido). Incluso la interpretación de Copenhague de
la mecánica cuántica, cuyo mayor contribuyente fue el mismísimo Niels Bohr,
puede considerarse una combinación de instrumentalismo, antropocentrismo y
ambigüedad con el objetivo de negarse a aceptar que la teoría cuántica versa
sobre la realidad, una forma como otra cualquiera de inmunizarse ante la
crítica. Deutsch no deja títere con cabeza.
Como
el propio autor reconoce, una de las inspiraciones del texto fue el libro The Ascent of Man (El ascenso del hombre), de Jacob
Bronowski. El mensaje central del mismo era que
nuestra civilización es única en la historia por su capacidad para hacer
progreso, es una sociedad dinámica (aunque no en todos los países, obviamente)
y, de hecho, ha sido la más longeva hasta la fecha. Las sociedades estáticas
suelen terminar fracasando debido a su incapacidad para crear conocimiento
rápidamente, convirtiendo en definitiva algún problema en catástrofe. Se
requiere, pues, si se quieren abordar los desastres imprevisibles, un progreso
rápido tanto en ciencia como en tecnología y tanta riqueza como sea posible.
No
hay mejor conclusión para el libro de Deutsch que sus propias palabras finales:
"Hay una sola forma de pensar que es capaz de hacer progresos, o de
sobrevivir a la larga, y esta es la forma de buscar nuevas explicaciones
mediante la creatividad y la crítica. Lo que tenemos delante de nosotros, en cualquier
caso, es infinito. Y lo único que podemos elegir es si se trata de un infinito
de ignorancia o un infinito de conocimiento, de error o de verdad, de muerte o
de vida."
Ufff, qué digo, ufff. Liberalismo libertario, everywhere...
ResponderEliminarAl final no has dicho si lo recomiendas. Me fío poco de Deutsch cuando dice que se inspiró en el libro 'The Ascent of Man' en vez de en la serie documental del mismo Bronowski. Siempre he desconfiado de los que afirman que es mejor el libro que la serie documental. Ídem para Cosmos.
Bah, no me hagas mucho caso.
Un fuerte abrazo, amigo
Dani, no me hagas caso tú a mí. Mi reseña no hace honor a la calidad del libro.
EliminarAbrazo.
Genial, genial, genial.
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