El libro del que os quiero hablar hoy no es un libro. O quizá sí que lo es. Bueno, en realidad es un libro que, en lugar de leerse, se puede ver, como una película. ¿Suena extraño, verdad? Pues esto es lo que es Experimentos para entender el mundo, la última joya de mi buen amigo y colega Javier Fernández Panadero (@javierfpanadero), editado por Páginas de Espuma.
Ya hacía algún tiempo que quería yo escribir esta reseña, pero mi lista de espera de libros por leer era tan larga que nunca parecía llegar el momento. Finalmente, hace un par de días decidí que el plazo se había terminado. Lo cogí y me lo llevé conmigo a todas partes: al tren, al despacho de la facultad, a casa, al cuarto de baño, a la cama (en ninguno de estos sitios hicimos guarreridas españolas, lo prometo). Me lo leí de arriba abajo y lo videé de izquierda a derecha, es decir, le pasé mi smartphone por sus códigos QR.
Sí, amigos míos, estáis leyendo bien. El libro de Javier es una selección de 74 experimentos científicos que él mismo se ha encargado de reproducir 70 de ellos y grabarlos en vídeo ofreciéndonos la posibilidad de verlos al mismo tiempo que leemos su explicación rigurosa en el texto, mientras los descargamos a nuestro dispositivo móvil, siempre que dispongamos de una "app" de lectura de códigos QR. Si no es así, también se pueden visualizar en un ordenador, pues al final de cada experimento, aparece en el libro la dirección web correspondiente en YouTube. No hay disculpas.
Respecto al contenido del texto, tengo que decir que las explicaciones de Javi son extraordinariamente claras, muy didácticas, con un lenguaje sencillo, sin alardes. Asimismo, destacan por su brevedad, con las palabras justas y totalmente asequibles a un público sin excesivos conocimientos previos.
Conociendo como conozco al autor, estoy completamente seguro de que su pretensión es la de llegar a mucha gente, tanto niños y jóvenes como adultos. En algunas ocasiones he hablado con él de este tema, al que nos gusta referirnos como "popularización" de la ciencia, es decir, hablar, comunicar y enseñar o bien a personas que no se dedican profesionalmente a la ciencia, o bien que tienen una afición muy pequeña o nula por ella, pero que, sin embargo, poseen una curiosidad mínima. La popularización, tal y como la entendemos ambos, es un poquito distinta de la divulgación, donde encuentran su acomodo los grandes temas científicos: la energía oscura, la mecánica cuántica para pardillos, los agujeros negros al estilo Hawking, etc. La divulgación es algo así como la hermana guapa y ligona. La popularización es la hermana feucha, con gafas y que no se come una rosca. ¿Lo pilláis, verdad?
Bueno, pues el señor Fernández Panadero, hace aquí popularización de la mejor. Los experimentos que nos propone Javier abarcan todos los campos de la ciencia. Desde la química, pasando por la física, la biología, hasta las matemáticas (sí, se pueden hacer experimentos matemáticos, aunque no te lo creas). Hay experimentos de mecánica, de óptica, de electricidad, de termodinámica; experimentos en los que nos enseña a hacer helados caseros, detectar mortadela de mala calidad, a hacer fuego dentro del agua, a extraer el hierro de los cereales que nos comemos en el desayuno, a subirnos de pie en una hoja de papel doblada en forma de cilindro, a medir el pH con ayuda de una lombarda, a hacer lluvia artificial, a extraer nuestro propio ADN, a hacer pompas de jabón no esféricas, a atravesar una patata con una paja asesina, a hacer requesón fácil y rápidamente y un montón de cosas más.
Todos y cada uno de los experimentos se pueden llevar a cabo con materiales corrientes, muy fáciles de conseguir y enormemente económicos. Algunos pueden resultar un tanto peligrosos, sobre todo si se realizan con niños, para quienes el libro puede resultar tremendamente motivador y estimulante a la hora de iniciarlos e introducirlos en el mundo de la ciencia. Al final de cada experimento, aparece un código que nos indica si la presencia de un adulto supervisor es más o menos necesaria y/o recomendable.
En definitiva, un libro en el que se mezclan excelentemente, en su justa proporción, teoría y experimento, donde se estimula la curiosidad de una forma absolutamente natural y sencilla. POPULARIZACIÓN de la ciencia con mayúsculas. Al fin y al cabo, como el propio Javier dice en la página 182 de Experimentos para entender el mundo: "... mientras el mago pretende que sólo él puede hacer lo que hace, lo que hace el científico puede ser reproducido por cualquiera siguiendo el mismo procedimiento."
Mandarte un abrazo gordo, compañero popularizador, de los que se pasan horas dando de comer al hambriento en lugar de predicar al converso... En breve te enchufo un post sobre popularización, jeje.
ResponderEliminarTú sabes qué bien sienta cuando intentas hacer algo y alguien lo lee y lo entiende... que la expresión no es vulgar, sino sin alardes, que la explicación no es insuficiente, sino breve, que buscamos enseñar a quien no sabe y, particularmente en este libro, que los experimentos sirven (además de para hacer el gañán) para entender el mundo y que esa teoría que aparece no es relleno ni accesoria, sino nuestras conclusiones al intentar poner a prueba, mediante la experiencia, a este mundo sorprendente con el que nos topamos, cuando nos "nascieron".
Otro abrazo, que ya hace mucho del primero.
Y los ojillos, son los ojillos brillantes del que nos lee o nos escucha los que nos dicen si hemos triunfado.
EliminarAbrazo, compinche :-)
Y ahí va el post... ya lo he escrito, eso de popularizar deja mucho tiempo libre... http://lacienciaparatodos.wordpress.com/2013/10/06/divulgacion-y-popularizacion/
ResponderEliminarMuy buena reseña de un muy buen libro. Y sí, yo tengo claro que hago normalmente popularización. Incluso en algunos cursos he dedicado una introducción a ello, hablando también de la alfabetización científica. Tres conceptos muy distintos, alfabetización, divulgación y popularización.
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