La
probabilidad de que sucediese una hecatombe cósmica que tuviera como consecuencia la
detención del movimiento de traslación alrededor del Sol de nuestro planeta, la
Tierra, es increíblemente pequeña y podemos afirmar, sin temor a equivocarnos
(aunque siempre con la humildad y precaución que caracterizan a toda afirmación
científica que se precie) que resulta prácticamente imposible. Además de la
dificultad que supondría colisionar con un objeto del tamaño apropiado, el
impacto o la interacción gravitatoria correspondiente debería, asimismo, tener
lugar de tal forma que la Tierra no se redujese a escombros directamente;
debería conservar un tamaño lo suficientemente grande como para poder mantener la denominación de planeta.
Bien,
acudiré una vez más a vuestra legendaria capacidad mental para suspender la
incredulidad y supondré que ha tenido lugar, por las causas que fueren, la detención total de nuestro planeta en su órbita alrededor del Sol, algo
parecido a lo que se refleja en la película El
día en que la Tierra se incendió (The Day the Earth Caught Fire,
1961). ¿Qué sucedería a partir de este mismo momento?
Hasta
hace unas décadas, resolver una cuestión como la anterior conllevaba no pocos
quebraderos de cabeza a los físicos o los matemáticos que pretendían hallar una
respuesta, ya que la resolución de la ecuación diferencial a la que se llegaba
tras aplicar las ecuaciones del movimiento que surgían de las leyes de la
mecánica newtoniana no era precisamente evidente. Hoy en día, con el desarrollo
de los programas de cálculo simbólico y los métodos numéricos, junto con los
potentes ordenadores personales, el problema resulta mucho más sencillo.
Pues
bien, un planeta como la Tierra, que se ha detenido y ha dejado de dar vueltas
alrededor de su estrella madre, abandonaría su trayectoria elíptica y
comenzaría a precipitarse en un movimiento de caída en línea recta hacia el
Sol, con una aceleración creciente (y, por tanto, con una velocidad cada vez
mayor también), ya que al disminuir la distancia entre ambos cuerpos la fuerza
de atracción gravitatoria mutua aumentaría según la ley de la gravitación universal
de Newton. En realidad, y para ser rigurosos, la Tierra se acercaría al
Sol y éste, a su vez, se aproximaría a la primera (en terminología física, los
dos cuerpos se irían acercando paulatinamente hacia el centro de masas del
sistema formado por ambos). Debido a la enorme diferencia de masas entre
nuestro planeta y el Sol, el centro de masas del sistema se encuentra en el
interior de la estrella y no supone un error apreciable suponer que es la
Tierra la que se dirige hacia el Sol, despreciando el movimiento de este
último.
Lo
más curioso y llamativo del ejercicio académico propuesto más arriba es que la
solución matemática que se alcanza es extremadamente simple y general. En
efecto, cuando se expresa el tiempo que duraría la “caída” se obtiene que éste
es el producto de un factor aproximadamente igual a 0,177 por el período de
traslación del planeta alrededor del Sol (el resultado es equivalente para un planeta
extrasolar cualquiera y la estrella alrededor de la que rotase). Así, nuestro
planeta emplearía 0,177 x 365 = 64,5 días en precipitarse sobre el Sol. Durante
la primera mitad del viaje consumiría 52 días, tardando únicamente 12 en la
segunda mitad de su infortunado periplo.
El
resto de planetas de nuestro sistema solar emplearían, respectivamente:
·
Mercurio: 15,5 días
·
Venus: 39,7 días
·
Marte: 121,4 días
·
Júpiter: 2,1 años
·
Saturno: 5,2 años
·
Urano: 14,9 años
·
Neptuno: 29,1 años
·
Plutón (sí, lo sé, ya no es
un planeta): 43,9 años
¿Os
atrevéis a resolver la ecuación vosotros mismos?
Fuente:
Falling and
Orbiting Maurice Bruce
Stewart. The Physics Teacher, Vol. 36, 1998.
La ecuación diferencial que se obtiene es
ResponderEliminarx" = - G Ms / (x^2)
No he sido capaz de resolverla analíticamente.
He hecho una hoja EXCEL que resuelve el problema iterando y obtengo los mismos resultados que tú indicas para cada planeta:
Mercurio 15,5 días
Venus 39,7 días.... etc
Pero tampoco he sabido deducir la fórmula que tú das
t = 0,177 * PerTras
¿Cómo la obtienes?
¿La ecuación diferencial tiene solución analítica?
Gracias por divulgar ciencia, saludos cordiales y ánimo para continuar.
¡Eureka!
ResponderEliminara1 = distancia del planeta al Sol, (semieje mayor de la órbita)
T1 = periodo de traslación del planeta
Ambos parámetros están relacionados por la 3ª ecuación de Kepler.
(1) T1^2 = 2 pi a1^3 / (G Ms)
Consideremos que el planeta tiene una órbita casi circular, se detiene su traslación y empieza a caer hacia el Sol. Realmente caería en línea recta, pero podemos considerar que cae formando una ELIPSE muy, muy, muy achatada. El semieje mayor de esa elipse ( a2 ) será la mitad de a1.
Calculemos el período de revolución del planeta en la elipse achatada aplicando de nuevo la 3ª ecuación de Kepler.
T2^2 = 2 pi a2^3 / (G Ms)
como a2 = a1 / 2
(2) T2^2 = 2 pi (a1/2)^3 / (G Ms)
Dividiendo miembro a miembro las ecuaciones (2)/(1) se obtiene
T2 = T1 / raíz(8)
El tiempo de llegada hasta el Sol será LA MITAD del periodo de revolución, por tanto el tiempo buscado es:
t = T1 / (2 raíz(8))
t = 0,1768 T1
Y ya está.
Muchas gracias, me he divertido mucho con el post.
Hay un error las 3 veces que sale la fórmula de la 3ª Ley de Kepler:
EliminarDonde dice "2 pi" debería decir "4 pi^2"
Lo que pasa es que el error no afecta a los cálculos, pues la constante errónea se simplifica al dividir miembro a miembro las ecuaciones (2)/(1)
Porque caeria en elipse si ya no hay velocidad orbital??
ResponderEliminarSimplemente la velocidad orbital es 0, entonces en cuanto caeria?