Fu Manchú, no me toques los moles, que se me hinchan y...

Fu Manchú ha esquivado a la justicia, una vez más. Tras ser aparentemente decapitado, ha regresado de la muerte y lo ha hecho con sed de venganza, pues su vileza y mezquindad no conocen límites. Decidido a ejecutar su amenaza de terminar, en primer lugar, con toda la población de Londres y conquistar después el mundo entero, secuestra al profesor Muller, quien en compañía de su fiel colaborador, Jannsen, ha logrado sintetizar un líquido mortal a partir de una flor muy especial: la amapola de la Colina Negra, endémica de las inaccesibles montañas del norte del Tíbet. Conocida como "la semilla de la vida", existe una leyenda entre los monjes tibetanos sobre sus increíbles poderes. Al parecer, a partir de un líquido destilado de sus semillas se obtiene "el secreto de la vida universal", la vida verdadera, la vida después de ésta. En otras palabras, el terrorífico elixir de "la muerte universal".

Fu Manchú es un personaje creado por el escritor británico Sax Rohmer en 1913. Arquetipo de malvado infinito ansioso por dominar el mundo, se enfrenta y ve continuamente desbaratados sus locos planes por el eficaz inspector de Scotland Yard, Nayland Smith, quien junto a su inseparable amigo, el doctor Petrie, forman una pareja que recuerda enormemente a otra dupla de personajes universales: Sherlock Holmes y el fiel doctor Watson.

El personaje del vil chino mandarín ha sido llevado al cine en innumerables ocasiones, siendo las más célebres aquellas en las que fue encarnado nada menos que por el mítico Boris Karloff en la década de los años 30 del siglo pasado y por Christopher Lee en los años 1960, ya en color.

Las breves líneas del primer párrafo corresponden al primero de los films protagonizados por Lee, El regreso de Fu Manchú (The Face of Fu Manchu, 1965). En él, Nayland Smith intenta descubrir al asesino loco, tan loco que los guionistas, saltándose la supuesta inteligencia privilegiada atribuida al personaje, le obligan a obtener del profesor Muller la ansiada fórmula acudiendo al eficaz método del secuestro de su hija mientras, en otras ocasiones, con otros personajes, hace uso de su enorme poder de hipnosis. ¿No os recuerda a la socorrida Fuerza de los caballeros Jedis, que se utiliza para ahogar, estrangular, sacar naves espaciales del fango y, sin embargo, no tiene utilidad a la hora de abortar un simple combate de espadas de luz?

Con la intención de averiguar los planes de Fu Manchú, el inspector Smith acude al asistente del profesor Muller, el doctor Jannsen. A pesar de sus reticencias a desvelar el campo de investigación de su colega, éste finalmente accede y le revela el espeluznante secreto que guarda la destilación del mortal suero. Os transcribo el diálogo entre ellos, extraído de la misma película:

- Una sola molécula de esto bastaría para coagular la albúmina de cualquier ser vivo. En cuestión de segundos conseguiría entrar en las venas y unas pocas gotas bastarían para asegurar la muerte de diez mil personas.

Mientras habla, Jannsen sintetiza "in situ" una minúscula cantidad de sustancia. Asustado por lo que acaba de escuchar, Nayland Smith le pregunta si no resulta extremadamente peligroso exponerse a los ponzoñosos efluvios del potingue mortal, a lo que el primero replica:

- Por encima del punto de congelación pierde sus propiedades y es inofensivo.

Smith pregunta:

- ¿Y por debajo del punto de congelación?

Jannsen responde, preocupado:

- Por debajo del punto de congelación... con medio litro bastaría para matar a todas las personas y animales de Londres.


Bien, creo que con esto es suficiente para disponer de la disculpa necesaria para divagar un ratito sobre algunas cosas dignas de interés. Empezaré por el principio y como no tengo ni la más remota idea, me voy a la Wikipedia a cotillear un poco por el concepto de albúmina. Allí dice, entre otras cosas, que la albúmina es una proteína sintetizada por el hígado que podemos encontrar en una gran proporción en el plasma sanguíneo. Posee una gran importancia para el organismo, así que si se coagula seguro que nos hace mucha pupa. No encuentro ninguna información sobre la temperatura a la que se coagula la albúmina de la sangre (la coagulación es el proceso por el que un líquido pierde su naturaleza y se vuelve una especie de gel o pasta, más o menos viscosa) pero, en cambio, sí que aparece algún dato para la ovoalbúmina, que es la que se encuentra en la clara del huevo y que cuando éste se pone en la sartén es la responsable de ese colorcito blanco que adquiere aproximadamente cuando se alcanzan los 70 °C. Por tanto, parece un tanto discutible que la poción de la muerte universal pueda causar la coagulación de la albúmina de la sangre. Más bien me inclinaría por pensar que los guionistas han confundido la temperatura a la que se muestra eficaz la fórmula con la temperatura de coagulación de la propia proteína, incluso aunque hablen del punto de congelación. En fin, tampoco me interesa demasiado este asunto, así que lo dejo en vuestras manos. Cada uno que decida y llegue a sus propias conclusiones.

Voy con otro aspecto relacionado con el diálogo recogido más arriba y que me resulta bastante más interesante. Se trata del concepto de mol, el mismo que constituye una pesadilla en los sueños de adolescentes que cursan asignaturas como la química o los temas relacionados con la termodinámica en materias como la física. Bien, veamos. Resulta que el mol, por definición, es la cantidad de sustancia en la que podemos encontrar un número fijo y determinado de entidades, como pueden ser átomos o moléculas. Este número fijo es el conocido número de Avogadro y su valor es grande, muy grande, de hecho es ligeramente superior a los 600 mil trillones. Así, en un mol de agua (que pesa casi 18 gramos) habrá casi 600 mil trillones de moléculas de agua pero, al mismo tiempo, también habrá dos moles de átomos de hidrógeno (1,2 cuatrillones) y uno de oxígeno (otros 600 mil trillones); en un mol de ozono (que pesa unos 48 gramos) habrá, a su vez, 1,8 cuatrillones de átomos de oxígeno pero solamente 600 mil trillones de moléculas de ozono (formadas por tres átomos de oxígeno).


Volvamos por un momento al diabólico plan de Fu Manchú. Puesto al corriente de la debilidad térmica del veneno por el profesor Muller, decide esperar el momento propicio. Esparcirá una dosis letal sobre un pueblo inglés convenientemente elegido un frío día de invierno. Como en la película no se facilita ningún dato más concreto sobre la misteriosa pócima, partiré de una suposición relativamente razonable: la densidad del líquido es similar a la del agua. Como un litro de agua pesa, más o menos, un kilogramo y un solo mol de agua pesa unos 18 gramos, resulta elemental deducir que en medio litro de agua habrá casi 28 moles. Traducido a moléculas, esto es casi 17 cuatrillones. Si, tal y como afirma Jannsen, una sola molécula sirve para aniquilar a una persona, ¿cuántos habitantes (animales incluidos) hay en Londres?

Vale, vale. No os ha gustado la exageración. Lo entiendo, lo entiendo. Después de todo, nadie ha dicho que el destilado de la amapola de la Colina Negra esté constituido por agua. Veámoslo entonces desde vuestro propio punto de vista: el desquiciado. Mantendré mi suposición original de que la sustancia de la muerte universal presenta la misma densidad que el agua. Y supondré, asimismo, que Londres tenía unos 6,5 millones de habitantes a principios del siglo pasado, que es cuando parece desarrollarse la acción de la película. Admitiendo que en la capital inglesa no hay demasiado ganado y que casi la totalidad de animales son de compañía y que prácticamente la mitad de las personas posee uno, redondeo la cifra total de personas más animales a diez millones. Esto significa que son necesarias diez millones de moléculas de la fórmula misteriosa. Si nuevamente lo traducís a moles obtendréis un número bastante parecido a 0,000000000000000017. Así pues, difundir medio litro de este potingue por la atmósfera de la capital londinense equivale a suponer implícitamente que la masa molecular de la enigmática pócima ha de ascender necesariamente a 30 billones de toneladas (en comparación con los 18 gramos del agua). Muy gordas me parecen a mí estas moléculas. Tiene moles la cosa...


2 comentarios:

  1. No he acabado de entender ni al doctor (¿por encima del punto de congelación del agua o del destilado?) ni a ti (creo que llegas a la conclusión de que sobra veneno, lo cual, a mi entender, no es incompatible con la posibilidad de envenenar a todo Londres y alrededores).

    En todo caso, por aportar algo, creo que las proteínas pueden coagular por otras causas, además de las variaciones de temperatura. Por ejemplo, por cambios en el PH.

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  2. Yo tampoco entiendo nada, pero ¿a qué mola hablar de todas estas chorradas y aprovecharlo para explicar el concepto de mol?

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