Así es cómo la universidad echa mierda sobre sus propios profesores


Me gusta criticar a la universidad, lo reconozco. Pero es que también me gusta criticar todo, absolutamente todo, porque creo que con la crítica se pueden llegar a cambiar las cosas. Reconozco que si la crítica es constructiva, tanto mejor, aunque en ocasiones no ser destructivo resulta complicado. Digo esto porque siempre que critico a la universidad o al sistema universitario, la enseñanza o incluso a los alumnos que no merecen estar donde están, me saltan a la yugular no pocos ofendidos que se esconden tras su necedad para ocultar las vergüenzas que saco a la luz. Así que, aquí estoy una vez más, dispuesto a buscarles las cosquillas. No os cortéis, queridos...

¿Y qué os traigo en esta ocasión? Pues algo que ya se me ocurrió hace unos cuantos meses, cuando mi querida universidad no tuvo otra ocurrencia que solicitarme a mí, en particular, y a unos cuantos compañeros de fatigas docentes, un informe por escrito en el que debíamos dar explicaciones sobre los motivos por los que la tasa de rendimiento (la relación entre el número de aprobados y el número de matriculados) de algunas de las asignaturas que impartíamos no llegaba al 50 %. Asimismo, se nos pedía que sugiriésemos algunas medidas a poner en marcha con el fin de revertir la situación.

Bien, hasta aquí todo parece bastante normal, incluso razonable. Sí, estoy de acuerdo en que los profesores debemos rendir cuentas sobre nuestra labor en la enseñanza universitaria. Pero hasta cierto punto, es decir, ha de hacerse bien, no de cualquier manera. Y así parece ser que lo hace la universidad, al menos la mía. Aunque por algunas cosas que he oído de otros colegas de universidades diferentes, debe de ser cierto el refrán ese que dice que "en todos partes cuecen habas".

Voy a explicarme. Yo imparto dos asignaturas en la universidad: "Mecánica y Termodinámica" de primer curso para ingenieros y "Física" de primer curso para biólogos. Me centraré en la primera de ellas porque en la segunda mi tasa de rendimiento llega al 70 % y, por tanto, en esta asignatura soy muy bueno para mi universidad y me quiere mucho y me aprecia y no me pide que redacte ningún informe. Debe de pensar que soy una especie de Doctor Jekyll con los biólogos y un malvado Mr. Hyde con los ingenieros. ¡Muajajajajaja!

Veréis, el caso en que en la asignatura de "Mecánica y Termodinámica" los estudiantes pueden matricularse de la especialidad que más gusten, a elegir entre cuatro: Geomática y Topografía, Recursos Mineros y Energéticos, Forestal y del Medio Natural y Civil. Todas las especialidades, las cuatro, acuden juntas a clase, es decir, los tres profesores que impartimos la asignatura tenemos en clase a los alumnos perfectamente mezclados, no agitados, de las cuatro especialidades, sin hacer distinciones de ningún tipo, pues la "Mecánica y Termodinámica" es común y obligatoria para todas ellas. Así que todos, sin excepción, se examinan con los mismos contenidos y son evaluados con idénticas pruebas que incluyen la asistencia a clase (sic), tests intermedios (sí, en una asignatura cuya extensión temporal apenas supera los tres meses, se les hacen tests a los estudiantes cada dos temas. Peor que en el cole), prácticas de laboratorio y un examen final cuyo peso no supera el 40 % de la nota del curso. Pues bien, cuando llega final de curso y ponemos las notas, como buenos profes que somos, resulta que yo, tonto de mí, pierdo un minuto en contar el número total de aprobados y lo divido por el número total de matriculados (en las cuatro especialidades) y obtengo un número precioso: 59 %. ¿Qué diablos me está diciendo mi universidad, que no llego al 50 %?

Ajá, es que se me está escapando un pequeño detalle en el que los grandes sabios de la universidad han reparado y yo, tonto de mí, no. Leo de nuevo la carta que me remite el vicerrectorado correspondiente y caigo en la cuenta: se me solicita informe únicamente de una especialidad: "Geomática y Topografía". En las otras tres no hay problema, se supera ampliamente el 50 % en cada una de ellas. Ahora ya no soy Mr. Hyde para los ingenieros, ahora soy Dr. Jekyll para biólogos, ingenieros civiles, ingenieros de minas e ingenieros forestales. Solamente soy Mr. Hyde para los ingenieros topógrafos. Porque les tengo manía, les odio, son mezquinos e ignorantes... ¡Muajajajaja! ¡Muajajajajaja! ¡Muajajajajajajajajajajajaja!

De repente, me da una ventolera tipo Florentino Pérez y vuelvo a revisar los números una vez más. Y hete aquí que compruebo estupefacto que la tasa de rendimiento en Geomática y Topografía es del 44,44 %. ¡¡Cachis en la mar!! Me he quedado corto en un miserable 5,56 %. Acudo a las listas de matriculados y veo que hay nueve, de los cuales han aprobado cuatro. ¡¡Cojones!! Me ha faltado medio alumno para tener contenta a mi universidad. ¡Porca miseria!

Me paro a reflexionar por un momento y me digo: joder, toda la vida estudiando física y matemáticas, haciendo estadística con los experimentos de mi tesis doctoral, eligiendo las muestras con cuidado para que fuesen representativas y ahora llegan los grandes sabios universitarios, sentados en sus sillones del despacho, y me cuentan que soy un mal profesor porque medio alumno no superó la asignatura. Medio alumno de un total de nueve, nueve matriculados en una especialidad de cuatro que asisten todas juntas a las mismas clases, con los mismos contenidos, con idénticas pruebas de evaluación, sin distinción alguna. Una muestra estadística en la que cada alumno cuenta como un 11,1 % del total. ¿Qué mierda es ésta? Y esto, por no hablar del curso anterior, en el que tan sólo tenía siete alumnos matriculados en esta misma especialidad y cada uno de ellos constituía un 14,29 %. Si es que te catea uno y la has cagao, macho. Eres un profesor putapénico, dedícate a otra cosa, colega.

¿Os lo he explicado clarito? Mira que me he esforzado en usar un lenguaje poco universitario, con adjetivos y sustantivos cultos, verbos pomposos y palabrería fluida. Pero es que yo soy así. Como dice un buen amigo mío, soy un popularizador. Hasta cuando reparto hostias.


Lamentablemente, aquí no acaba este cuento surrealista. Ahora viene lo mejor. Veréis, no contentos con los susodichos informes que harían vomitar a cualquier persona con un mínimo conocimiento de estadística, por no hablar de la sinrazón de distinguir a los alumnos por especialidades, cuando lo cierto es que acuden los pobrecillos todos en manada a las mismas clases (sí, la enseñanza de calidad de hoy en día es tener 100 estudiantes por profesor), lo cierto es que la universidad fue con el cuento a la prensa regional. ¿Y qué hizo? Pues nada menos que publicar un listado de todas las asignaturas de la universidad con una tasa de rendimiento inferior al 50 %. Y pienso yo, sí, vuelvo a pensar: vamos a ver, si en esa lista de la vergüenza han hecho con todas las asignaturas lo mismo que han hecho con la que yo imparto, ¿qué fiabilidad puede tener? ¿Cuántas de esas asignaturas tienen un número de estudiantes matriculados suficientemente grande como para que el cálculo de la tasa de rendimiento no resulte absurdo? Y no os creáis, que más de una conozco con menos de cinco alumnos matriculados.

¿Qué es lo más grave de todo lo que os acabo de exponer? ¿El cabreo de los profesores? ¿El cabreo de los estudiantes? ¿El tiempo que pierden los grandes pensadores de la universidad haciendo cálculos elementales?


No, mis queridos lectores. Nada de eso. Lo peor es lo que pensará la sociedad que nos paga al ver el listado de la vergüenza en la prensa. Porque dirán: "Mira estos cabrones lo que hacen con nuestro dinero, suspender a nuestros hijos y ponerles traba tras traba para poder acceder a un puesto de trabajo digno después de grandes esfuerzos económicos y personales por parte de las familias". Lo que no saben tampoco muchas veces las familias es que sus hijos ni siquiera se presentaron a los exámenes. Pero esto a la estadística no parece importarle lo más mínimo...


4 comentarios:

  1. Penoso el planteamiento de la uni. Cuando crees que algo no puede ir a peor, van y lo consiguen. Mucho animo y a seguir en la lucha. Por abajo nos toca empezar a pelear con un nuevo cambio de sistema, que vete tu a saber lo que durará, yendo las cosas como van. Lo peor, en ese caso, es que tampoco confío que si un nuevo gobierno vuelve a dar otro golpe de timón, vaya a ser a mejor

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  2. Sabes lo que dicen en mi pueblo:"estamos apañaos". Cuando las mentes pensantes se ponen a pensar los normales nos tenemos que poner a temblar. Paciencia, mucha paciencia es lo que necesitas

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  3. Indignante, es poco decir.

    Por un lado se habla de "calidad" de la educación, y por otro se fustiga a los profesores para que contra viento y marea, se apruebe a más del 50%, haya o no haya razones, y se les dice bajo cuerda "póngale un punto de regalo en la prueba"....Y esto que te digo no es muy raro...porque "el que nada hace nada teme", de manera que el que nunca pone un rojo es muy buen profesor aunque después se nos caigan los puentes, los edificios no aguanten un sismo, y los ing forestales no sepan cuidar un bosque nativo...

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  4. No sé ahora, pero hace 15 años en la Complutense de Madrid en 1º de Físicas lo normal era que hubiera 80 - 100 alumnos por grupo (5 ó 6 grupos) y aprobaran como mínimo el 4% (lo que pedía la universidad). Supongo que en tu universidad estarían escandalizados (o en el paro, porque no creo que hubieran pasado de 1º.

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