Todos
conocemos el peligro potencial que entraña encontarse con un iceberg en el mar.
En nuestra memoria quedará para siempre el recuerdo del Titanic, el formidable
transatlántico que naufragó aquella infausta noche del 14 al 15 de abril de
1912 cuando se dirigía del puerto de Southampton a Nueva York en su viaje
inaugural. La colisión con un enorme bloque de hielo flotante terminó con la
vida de más de 1500 personas. Pero no quiero centrarme en la física del
hundimiento, eso ya lo hice en su momento y podéis leerlo en este enlace y en este otro. No os
defraudará, estoy seguro.
En
esta ocasión, estoy más interesado en otro tipo de catástrofe que puede
provocar un iceberg, una que no está relacionada en absoluto con una posible
colisión entre un barco y la montaña de hielo. Me refiero concretamente a lo
que sucedería en el caso de que el iceberg oscilase por algún motivo (por acción
de las olas o por erosión debido a que la temperatura del agua es superior a la
de la atmósfera) y se diese la vuelta y volcase. Si en el caso del Titanic y la
colisión con el iceberg había que considerar algunas leyes de la física no al
alcance de cualquiera con unos conocimientos básicos de física, para la
cuestión que estoy a punto de abordar basta con tan solo unos rudimentos de la
física de bachillerato: centro de gravedad, centro de flotación, energía
potencial y conservación de la energía. Con estos pocos conceptos, os enseñaré
a calcular la energía que se libera al volcar un iceberg. Creo que puede
resultar un ejercicio muy estimulante y motivador para vuestros estudiantes o
para vosotros mismos, pudiendo poner en práctica recuerdos oxidados tiempo ha.
Vamos
con ello. Todo pedazo de hielo que asome al menos 5 metros por encima de la
superficie del agua se define como iceberg, así que no os emocionéis, los
cubitos que os echáis en el "gintonis" no son icebergs, ¿de acuerdo? Bien,
sigamos. Segunda cuestión: ¿de dónde provienen los icebergs? Pues muy fácil, no
son agua de mar que se ha congelado, no seáis pardillos. Se trata, por el
contrario, de enormes bloques de agua dulce sólida que se desgajan de un
glaciar, precipitándose hacia el océano. Una vez llegado libre al agua, flota
debido al equilibrio entre dos fuerzas bien conocidas: su peso y el empuje de
Arquímedes. La primera de ellas se aplica en el denominado centro de gravedad y
la segunda en el denominado centro de flotación. Para hacernos una idea de
dónde se localizan estos dos puntos, suponed que el iceberg tiene forma de
prisma rectangular (caja de zapatos, para entendernos). Pues bien, el centro de
gravedad se localiza en el centro geométrico de la caja, mientras que el centro
de flotación está situado en el centro geométrico de la porción sumergida. Como
la densidad del hielo es de unos 920 kg/m3 y la del agua de mar de
unos 1025 kg/m3 esto hace que aproximadamente el 90 % del iceberg se
encuentre por debajo de la superficie del mar.
El
equilibrio estable del iceberg se da cuando el centro de gravedad y el de
flotación se encuentran situados sobre la misma vertical y el primero por
encima del segundo. Si, por cualquier causa, dicho alineamiento vertical se
perturba entonces se genera un par de fuerzas que provoca una rotación del
iceberg, pudiendo llegar incluso a darse la vuelta.
Pero
vamos con lo más interesante. En primer lugar, introduzcamos alguna
simplificación que ayude a resolver el problema que tenemos entre manos. Suponed
que el iceberg en cuestión tiene forma de prisma rectangular, cuyas dimensiones
son: una altura H (que coincide con
la profundidad del glaciar del que se separó), una anchura W (que coincide asimismo con la del glaciar) y una longitud L. Asimismo, asumiré que L es mayor que W y que W = a H,
donde a
es un número menor que la unidad. Un valor típico de H puede ser de hasta 1200 metros, que da idea de las dimensiones de
estos monstruos de hielo.
¿Qué
sucede cuando el iceberg gira sobre sí mismo? Si pensáis un poquito sobre el
asunto, enseguida os daréis cuenta de que lo que hace el centro de gravedad del
hielo es elevarse respecto de su posición inicial, cuando el iceberg se
encontraba flotando en equilibrio. ¿Y qué pasa cuando un cuerpo se eleva?
¿Recordáis aquello de la energía potencial? Cuanto mayor es la altura que
alcanza, mayor es su energía potencial, ¿cierto? Pues justamente eso, el
iceberg incrementa su energía potencial y su dimensión vertical pasa a ser
horizontal y viceversa. Ahora bien, ¿cuánto vale este incremento en la energía
potencial del iceberg? Muy fácil, pues no es otra cosa que el producto de tres
cantidades: la masa del iceberg, la aceleración de la gravedad y la elevación
del centro de gravedad. Veamos cómo determinar la primera y la tercera, pues la
segunda es trivial.
Por
una parte, la masa del iceberg se puede evaluar como el producto de la densidad
del hielo (recordad los 920 kg/m3 ) por el volumen del prisma
rectangular que es el iceberg (esto es, el producto de sus tres dimensiones
longitudinales: L, W y H).
Por otra parte, en lo que respecta a la elevación del centro de gravedad,
también es bastante sencillo, pues basta saber que las 9/10 partes del iceberg
están bajo el agua y, por tanto, aquel se encontrará inicialmente (antes de
volcar) a una profundidad de 0,4 H
pasando posteriormente (después de volcar) a una profundidad de 0,4 W. En definitiva, la elevación del
centro de gravedad será de 0,4 (H - W) o, equivalentemente, 0,4 H (1 - a). Así, el incremento en
la energía potencial del iceberg se podrá expresar como
DEiceberg = 3680
a
(1 - a)
H3 L
Ahora
bien, llegados a este punto, conviene hacerse una pregunta. ¿De dónde ha salido
la energía necesaria para elevar el centro de gravedad del iceberg? No cabe
otra posibilidad: ha tenido que ser la gravedad la responsable del trabajo realizado. ¿Y cómo lo ha hecho? Pues ni más ni menos que pasando a
ocupar el volumen dejado por la porción inicialmente sumergida del bloque de
hielo. Es decir, el hielo se ha elevado y el agua ha descendido o, de forma más
precisa, el centro gravedad del agua ha tenido que descender para compensar el
ascenso del centro de gravedad del hielo. Procediendo de forma totalmente
análoga a como hice más arriba, se puede evaluar la disminución en la energía
potencial del agua cuando el iceberg vuelca. En este caso, todo sucede como si
fuese el centro de flotación del iceberg el que descendiese una distancia 0,45 H (1 - a) y, por tanto
DEagua = 4140 a
(1 - a)
H3 L
La
diferencia entre estas dos energías, la del iceberg y la del agua, nos dará una
estimación de la energía que absorberá el agua del océano como consecuencia del
vuelco del iceberg y que se puede obtener de forma elemental
DE = DEagua - DEiceberg
= 460 a
(1 - a)
H3 L
Como
puede verse, la expresión anterior depende del parámetro a, esto es, el cociente
entre la anchura y la altura del prisma rectangular que es el bloque de hielo.
Si volvéis a desempolvar vuestros conocimientos de matemáticas de bachillerato,
comprobaréis que derivando DE con respecto al parámetro a
e igualando a cero se obtiene el valor numérico de este para el que la
diferencia de energías potenciales entre el agua y el iceberg es máxima. Este
valor numérico resulta ser a = 0,5. En consecuencia, la diferencia máxima
de energías potenciales tiene lugar cuando el iceberg posee una anchura igual a
la mitad de su altura y se puede expresar como
DE = DEagua - DEiceberg
= 115 H3 L
Es
digna de mención la dependencia con el cubo de la altura del iceberg. Así, un bloque
2 veces más alto liberará una cantidad de energía 8 veces mayor.
Tal y como os contaba un poco más arriba, esta energía se transfiere al agua del mar. Si tomamos el valor típico de H = 1200 metros, lo cual conlleva que W = 600 metros, y recordando que en nuestro modelo de prisma rectangular para el iceberg hemos tomado que su longitud L sea mayor que W, entonces el vuelco del iceberg debe liberar al agua, al menos, una cantidad de energía de unos 1,2 1014 joules, es decir, 120 TJ, el equivalente a 28,5 kilotones. Podéis comparar este valor con la energía que liberó la bomba atómica de Hiroshima el 6 de agosto de 1945, que fue de 12 kilotones, aproximadamente. ¿Impresiona, verdad?
Ahora
bien, esta enorme cantidad de energía que, como digo, es absorbida por el agua
que rodea al iceberg, ¿en qué se invierte? Pues la verdad es que tienen lugar
varios mecanismos de forma simultánea: ondas acústicas, es decir, parte de la
energía genera sonido, ruido, un estruendo que puede escucharse a kilómetros de
distancia; también aumenta ligeramente la temperatura del agua pero lo más
interesante, desde luego, es la gestación de un tsunami, una enorme ola que
puede alcanzar una altura aproximada de hasta el 1 % de la altura del iceberg.
En nuestro caso concreto, nada menos que la friolera de 12 metros. Debido a que
estos gigantes del mar que son los icebergs suelen volcar en lugares remotos,
normalmente los tsunamis que provocan suelen pasar bastante desapercibidos. ¡Deo
gratias!
Fuente original:
Rick Marshall, Capsizing icebergs: an exercise in the application of the principle of the conservation of energy with a very surprising result Physics Education, Vol. 50(3), 299 (2015)