Bajo este sugerente y original título se camufla el libro de Lewis Dartnell, astrobiólogo de la Agencia Espacial Británica. Un libro que trata de responder una pregunta: ¿cómo deberíamos proceder para recuperar la civilización, partiendo de cero, en caso de una hecatombe global?
Obviamente, en poco más de 300 páginas, el autor es consciente de que no puede, de ninguna manera, proporcionar respuestas a todas las cuestiones y todos los interrogantes que se nos presentarían a los seres humanos en un mundo postapocalíptico. Pero, por otro lado, el texto constituye un más que estupendo punto de partida a la hora de conseguir recuperar la agricultura y la alimentación de subsistencia, la producción textil, aunque sea rudimentaria, las sustancias químicas básicas que nos permitirían sintetizar productos tan básicos como la sal común, los ácidos y las bases esenciales en la industria química. Las medicinas también ocupan un lugar preponderante en la recuperación de la sociedad civilizada, los materiales imprescindibles para poner en marcha una industria incipiente (los metales, el papel, la tinta, las máquinas como el torno, los motores, los molinos, las prensas, las fraguas, los altos hornos, etc.). Pero quizá lo más importante sea la comunicación de los nuevos conocimientos adquiridos, ya que en un mundo con la población severamente reducida, la recuperación pasará por la rápida difusión y transmisión del saber. ¿Cómo construir una emisora de radio? ¿Cómo construir un motor de combustión? ¿Qué se necesita para propulsar un vehículo en un mundo en el que los combustibles fósiles se han agotado, desaparecido o resultan imposibles de extraer, por falta de una industria desarrollada y una tecnología avanzada como la que poseíamos antes del cataclismo?
Dartnell nos lleva de la mano, paso a paso, por la ciencia y la tecnología, por la física, la química (hay muchísima química en el libro), la biología o la medicina. Nos cuenta de forma amena, clara y concisa cómo proceder si queremos fabricar los utensilios más básicos necesarios en la reconstrucción del mundo, cómo preparar la tierra para sembrar, abonar, recolectar y procesar materias primas tales como los cereales o los fertilizantes. En fin, todos y cada uno de los capítulos que conforman el libro, constituyen una mera disculpa para explicar, darnos a conocer y mostrar lo más maravilloso de la civilización humana, lo que nos ha traído hasta aquí: la ciencia. La ciencia nos ha dado lo que somos y la ciencia será la que nos permita recuperarnos en caso de desastre apocalíptico. ¿Os cabe alguna duda? Pues leed el libro de Lewis Dartnell y lo comprobaréis. En lo que a mí concierne, no puedo estar más de acuerdo.
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