Sean
Cassidy era el heredero de una fortuna y un castillo en Cassidy Keep, Irlanda.
Durante su juventud ejerció como inspector de la Interpol. Al morir su mujer
durante un ataque terrorista del IRA, Sean culpa a su primo Tom y le ataca
haciendo uso de sus superpoderes mutantes: un poderoso grito sónico producido
por sus cuerdas vocales, garganta y pulmones sobrehumanos.
Desesperado,
Cassidy abandona la Interpol y decide ejercer como detective privado. Es
entonces cuando entra en contacto con la organización criminal Factor-Tres y
adopta el nombre de Banshee, cuyo origen se encuentra en la mitología irlandesa
desde el siglo VIII. Las banshees son espíritus femeninos que se aparecen a las
personas para anunciarles con sus gemidos la muerte de un pariente cercano.
Durante
una de las misiones para Factor-Tres entra en contacto con los X-men, a los que
se une, definitivamente.
Bien,
tras esta brevísima introducción al personaje protagonista del post de hoy, y
para abrir boca (nunca mejor dicho) ¿qué os parece si analizamos un poco más
detenidamente el superpoder sónico de nuestro amigo Banshee? Si sois seguidores
de la serie de películas que últimamente ha resucitado la compañía Marvel y que
ha dedicado a una de sus sagas más exitosas, los X-men, habréis visto a buen
seguro a Banshee entre la lista de prisioneros del malvado Stryker en X-men
Origins: Wolverine (2009), así como ejerciendo sus asombrosas habilidades en
X-men: First Class (2011).
Bien,
empecemos con algo sencillo, pues tampoco es cuestión de atacar el problema
desde un punto de vista absolutamente riguroso. Se trata de utilizar conceptos
físicos sencillos, de los que casi todos hemos estudiado en el colegio o el
instituto: leyes de Newton y poco más. ¿No os habéis preguntado montones de
veces para qué demonios servían aquellas porquerías tan aburridas que os
contaban desgañitados vuestros profesores? Pues ahora vais a verlo.
Para
ello, tendremos que hacer algunas suposiciones básicas y simplificadoras,
aunque bastante razonables. Al fin y al cabo, así trabaja la física y casi
todas las ciencias: se elige un problema y se afronta desde un modelo ideal, al
que luego se le van añadiendo complicaciones y mejoras, pero cuyos resultados
preliminares muchas veces aportan una información muy valiosa.
Vamos
allá, entonces. Consideremos que Banshee pretende derribar a una persona con
ayuda de uno de sus poderosos gritos sónicos. Supongamos que dicha persona se
puede modelar como una caja maciza en forma de prisma, es decir, como si fuera
un cubo con las tres aristas de diferente longitud: 25 cm de ancho, 20 cm de
profundo y 1,70 metros de alto. Si se admite que la densidad de la caja
(equivalentemente, de la persona) es igual a la del agua, entonces la masa de
la persona asciende hasta los 85 kg (es decir, un peso de 833 newtons).
Si
lo que pretendemos es que Banshee derribe a la persona haciéndola caer hacia
atrás, en lugar de arrastrarla por el suelo, deberá ejercer sobre ella una
fuerza inferior siempre a la fricción estática que hay entre el calzado y el
suelo. Si tenéis unos conocimientos elementales de física, sabéis que esta
fuerza de rozamiento se puede calcular multiplicando el coeficiente de
rozamiento estático (0,9 en este caso) por el peso de la caja (833 N), lo que
da unos 750 newtons. Cualquier fuerza superior a este valor que ejerzan las
ondas acústicas de Banshee lograrán que la persona-objetivo sea arrastrada por
el asfalto en lugar de ser derribada, haciéndola caer hacia atrás, que es lo
que se pretende.
Sigamos
admitiendo hipótesis simplificadoras. Lo siguiente que debemos creernos es que
la fuerza que ejerce la poderosa voz de Banshee actúa sobre el centro de la
superficie de la caja que se encuentra frente a él, esto es, la de un
rectángulo de 25 cm por 1,70 metros. Dicha fuerza, que denotaremos con la letra
F, será la que en combinación con el peso de la caja, producirá lo que los
físicos llamamos un torque o momento. Este torque hace que la caja tienda a
girar y caer hacia atrás, rotando alrededor de la arista posterior de la base.
Si no os queda claro lo que acabo de decir, probad a hacer lo siguiente: coged cualquier
cosa que tenga la forma de una caja y situadla sobre una mesa frente a
vosotros; a continuación empujadla con uno de vuestros dedos, aplicándolo más o
menos en el centro de la cara que está frente a vosotros. Si esta fuerza que
aplicáis es suficientemente pequeña, veréis que la caja tiende a girar
alrededor de un eje que coincide con la arista de la base de la caja que se
encuentra en el lado opuesto al que estáis empujando, pero sin caerse hacia
atrás. Si quitáis el dedo, la caja vuelve a su posición inicial. Ha sido el
torque producido por el peso de la caja el que ha hecho esto posible. Si
aplicáis una fuerza mayor con el dedo, llegará un momento en que dicha fuerza
generará un torque superior al del peso y la caja se caerá, girando alrededor
del eje que os dije antes. ¡Comprobadlo!
Bien,
ahora lo que tenéis que imaginar es que el dedo se comporta de la misma manera
que el grito sónico de Banshee. Si éste grita con la suficiente potencia como
para vencer al torque del peso, la caja-persona caerá hacia atrás. La fuerza
mínima que tienen que proporcionar las ondas sónicas será aquella que haga que
ambos torques (el del peso y el de la fuerza de su grito) sean exactamente
iguales. Todo valor superior de esta fuerza mínima también conseguirá el
objetivo de derribar a la persona, siempre que no se superen los 750 newtons
que la harían deslizarse, como ya os comenté anteriormente.
El
cálculo de los valores de ambos torques es extremadamente sencillo (repasad
vuestro viejo libro de física). Tan sólo hay que multiplicar la fuerza peso
(que está aplicada en el centro geométrico de la caja) por la distancia al eje
de rotación (acordaos, la arista de la base justamente opuesta a la dirección
de la que procede el grito de Banshee); y lo mismo con la fuerza generada por
la onda acústica. Si se hace esto se obtiene que la fuerza mínima que debe ser
capaz de generar nuestro amigo mutante con su voz asciende a F = 98 newtons.
Ahora
bien, una cosa es saber la fuerza que debe producir Banshee y otra muy distinta
es determinar si semejante hazaña puede resultar posible. Lo cierto es que
echando un vistazo al cuerpo serrano de Sean Cassidy, no parece gran cosa,
aparentemente, un cuerpo humano de lo más habitual. Así que podemos admitir que
su capacidad pulmonar es prácticamente igual a la de otro ser humano cualquiera, no
agraciado con sus poderes mutantes. Y aquí es cuando comienzan a aparecer las
dificultades.
En
efecto, una persona normal, en promedio, puede exhalar con un grito un volumen
aproximado de medio litro de aire, lo que equivale a unos 0,58 miligramos. Esta
exigua masa de aire es la que tiene que ser capaz de empujar a la persona para
lograr derribarla. Y, claro, tratándose de una onda acústica, lo más normal es
que ésta salga despedida de la garganta de Banshee a la velocidad del sonido,
unos 350 m/s (1260 km/h). Este valor depende de la temperatura, como podéis ver aquí.
Admitamos,
una vez más, que el aire expulsado por Banshee golpea a la persona de 85 kg y
rebota completamente sobre ella, exactamente a la misma velocidad. Con esta
suposición nos estamos poniendo en el caso más favorable a nuestro superhéroe, es
decir, le estamos dando la oportunidad de generar el grito sónico capaz de
producir la mayor fuerza posible. Pero démosle aún más, admitamos que el grito
sónico dura tan sólo una décima de segundo (a mayor tiempo, menor fuerza; al
menos eso dice la segunda ley de Newton). Pues bien, mezclando y agitando
convenientemente todos estos supuestos en las ecuaciones correspondientes, se
obtiene que la fuerza producida por la onda acústica generada por las cuerdas
vocales, la garganta y pulmones de Banshee asciende a unos 4,06 newtons. Este
valor se encuentra enormemente alejado del de la fuerza mínima que se requería
para tumbar la caja, ¿lo recordáis? Aquellos célebres 98 newtons de tres
párrafos más arriba. Nada menos que un factor 24.
¿Qué
significa todo lo anterior? Pues muy sencillo, y esto se puede interpretar de
dos maneras diferentes, desde dos puntos de vista como mínimo (os dejo para
vosotros alguno otro en que pensar, que los hay). El primero es que si Banshee
pretende llegar a alcanzar su propósito debe ser capaz de exhalar una cantidad
de aire 24 veces superior a la de un humano normal, siempre que su grito salga
despedido a la velocidad del sonido. Obviamente, la segunda opción es que,
manteniendo constante la cantidad de aire de sus pulmones e igual a la de un
humano no mutante, logre expulsarla a una velocidad 24 veces la del sonido, lo
que usualmente se conoce como Mach 24, más de 30.000 km/h. Esto no lo hacía ni
Pepe Pótamo. ¿Os acordáis de él?
Con esta entrada participo en la XLVIII Edición del Carnaval de la Física, alojado esta vez en el blog de Daniel Martín Reina (@monzonete) La Aventura de la Ciencia.
Fuente original:
O. East, E. Longstaff, M. Fletcher, C. Li Fus Ro Dah, Journal of Physics Special Topics, Vol. 12, No. 1 (2013)
Claro que recuerdo a Pepe Pótamo y a su "hipohuracanado" grito. Viajaba en un globo en compañía de un monito llamado Soso.
ResponderEliminarEran dibujos animados de finales de los 60, principios de los 70... ¡Tempus fugit!
En cambio... de los X-men que yo leía (que yo leía por entonces) no había ningún integrante con ese poder... debe ser posterior.
jojojo llevaba todo el artículo pensando en Pepe Pótamo. Grande Agatha!! ; )
ResponderEliminarUn ejercicio de física de los que nos gusta leerte :_)
Esto es caviar iraní de primera.
ResponderEliminarSuperior
Entiendo, Agatha, que has hecho los cálculos considerando la fuerza con que golpeará el aire exhalado con el grito a la persona, como si de una pelota se tratara, por ejemplo. Pero... ¿podría quizá derribarse a esa persona con la fuerza ejercida por la onda sonora del grito? ¿dependería de su tono, de su intensidad...? ¿cómo serían los cálculos? ¿es verdad que las murallas de Jericó pudieron ser derribadas por el sonido de las trompetas?
ResponderEliminarSalud
Entiendo que has hallado la fuerza necesaria para tirar a una persona con un grito, considerando que el aire exhalado con el grito la empuja, como si fuera una pelota que se arroja. Pero ¿sería posible tirar a la persona con la fuerza de la onda sonora del grito? ¿De qué dependería? ¿de su frecuencia, de su intensidad? ¿se podría calcular? Yo miro las ecuaciones, las ecuaciones me miran a mí y de ahí no salgo. Pero por ahí hay una historia sobre las murallas de Jericó que fueron derribadas por el sonido de las trompetas y no sé si se ha calculado si sería o no posible.
ResponderEliminarSalud, Agatha.
Interesante problema el que planteas, Concha. Me lo apunto para el futuro. Tengo que pensar en ello, pero seguro que depende de intensidad y frecuencia de la onda sonora.
EliminarGracias por la aportación.
Yo iba a comentar algo parecido: ¿puede aproximarse la energía de la onda sonora producida por un grito a la energía cinética del aire expulsado en el mismo? Hay que tener en cuenta que las ondas mecánicas por lo general transmiten energía por vibraciones propagadas en un medio, no por desplazamiento del propio medio. ¿El caso estudiado en la entrada podría ser tal vez un "súper soplido"?
EliminarTambién es cierto que los humanos producimos los gritos mediante vibraciones de las cuerdas vocales al expulsar aire a través de ellas, y que producir una onda de choque acústica que transmita mayor momento que expulsar todo el aire de los pulmones a gran velocidad puede que sea aún más complicado, pero sería interesante comparar :)
¡Un saludo!
No suelo comentar, pero sigo el blog con regularidad, y desearía agradecerte la labor de divulgación que realizas. Quisiera comentar el caso del camarón pistola (en google en seguida sale algún video), el cual produce una onda de sonido (como sugiere Concha Pérez) muy potente con su pinza, pudiendo llegar a matar a un pez pequeño. Sí que el medio no es el mismo, pero hablamos de un señor con superpoderes.
ResponderEliminarLo de las murallas que comenta Concha, me consta que es absolutamente posible siempre y cuando las acompañes con trabuquetes, catapultas, etc, etc...
Un saludo.
Disminuye el tiempo del grito, piensa en unos pulmones que puedan aumentar la densidad del aire (por aumento de presión, por humedad o por concentrar gases pesados), piensa que el impacto del grito se localiza en la parte superior del sujeto con lo cual, para una misma fuerza se obtiene un mayor momento de vuelco y tienes tu supergrito. Más que un grito sería un disparo, en principio inaudible hasta que impacte. (Y no veo porque su grito tiene una velocidad limitada a Mach1.) Yo también pensé en el camarón. Si a este camarón lo escuchan los submarinos, su versión a tamaño humano, telita.
ResponderEliminarLas murallas de Jerico creo que tira mas hacia el efecto de resonancia causado por un sonido con una frecuencia regular en intervalos sincronizados, mismo que causó vibraciones en los muros que terminaron debilitando la estructura de los mismos y su colapso posterior (o algo similar) cortesia de algun especial de Discovery Channel de cuyo nombre no puedo acordarme... Y cualquier corrección a aquesta escueta explicación será más que bienvenida.
ResponderEliminarInteresante artículo.
ResponderEliminarEn este experimento http://96ochiai.ws/3DOFacoustic se levantan objetos liegeros con unltrasonidos. Podemos suponer que Banshee genera una 'voz' ultrasónica tan potente como para derribar al oponente?. Incluso mezclando presión de aire y onda sónica necesitaría ser menos extremo cada uno de los dos factores.
Superpoderoso blog.
ResponderEliminarEn cuanto a nuestro superhéroe, en realidad es muy sencillo: Banshee tiene un "poderoso" grito sónico y una "superpoderosa" . . . halitosis.