Auschwitz, Belzec, Bergen Belsen, Buchenwald, Chelmno,
Dachau, Mauthausen, Sobibor, Treblinka. Diez palabras que estremecen, que
encogen el corazón; nueve lugares de entre otros muchos más que, a buen seguro,
todos hemos escuchado en innumerables ocasiones. Los campos de concentración y
de exterminio repartidos por la geografía de Polonia y Alemania simbolizan como
nada la condición más ruin, baja y despiadada de la raza humana y representarán
ya para siempre el abominable acontecimiento que la historia denomina
Holocausto.
Cuando el 1 de setiembre de 1939 Adolf Hitler decidió
invadir Polonia desencadenó el acontecimiento detonante de la Segunda Guerra
Mundial. Durante los siguientes casi 6 años, hasta finales de abril de 1945,
cuando la Alemania nazi finalmente se rindió a los aliados, Hitler y sus perros
rabiosos intentaron llevar a cabo el mayor exterminio que ha conocido la corta
historia del ser humano sobre la faz de este planeta. Atribuyendo al pueblo
judío la responsabilidad de las humillantes condiciones impuestas a Alemania
tras perder la Primera Guerra Mundial y culpándoles de una conspiración a nivel
mundial, emprendió su total eliminación sistemática y premeditada. Y casi lo
consiguió.
Desde 1882 hasta 1939 (año de la invasión de Polonia) la
población judía en todo el mundo seguía un crecimiento prácticamente lineal, es
decir, el número de individuos se podía ajustar a una función que
matemáticamente se podía representar por una línea recta. De hecho, esta
conclusión se alcanza de forma relativamente simple con tal de que uno sepa
manejar un software de cálculo simbólico como MATLAB, por ejemplo. Haciendo uso
de los algoritmos implementados en el programa, resulta casi directo comprobar
la afirmación anterior: la población judía global (expresada en millones de
individuos) anterior a la Segunda Guerra Mundial se ajusta bastante bien a una
recta de pendiente positiva cuando se representa en función del tiempo
(expresado en años).
p = 0,16 a - 293
donde p representa la población judía (en
millones de individuos) y a el año. Así, en 1939 se obtiene p = 17,24. De haber persistido esta tasa
de crecimiento, en el año 2010 la población judía mundial habría alcanzado los
28,6 millones de personas. Obviamente, esto no tiene por qué ser así,
necesariamente, pero nos sirve para hacernos una composición de lugar.
En cambio, cuando se considera el período bélico, desde
setiembre de 1939 hasta abril de 1945, la población pasó de los,
aproximadamente, algo más de 17 millones de judíos a algo menos de 11 millones.
La guerra, el hambre, el frío, las enfermedades, todas ellas en menor medida y,
por encima de todas, los nazis y su macabra "solución final" acabaron
finalmente con las vidas de más de 6 millones de personas. Aproximadamente, un
36 % de los judíos fueron asesinados.
Haciendo uso, una vez más, del mismo software aludido
anteriormente, se llega a la conclusión de que ahora la población judía se
ajusta mucho mejor a un polinomio de tercer grado como el siguiente:
p = 1,9 10-5 a3 - 0,12 a2 + 233 a - 1,5 105
La idea de intentar el ajuste a una función cúbica está
basada en el análisis visual de los datos de población, unos datos que parecen
mostrar de forma sutil, cuando se amplía la escala, la existencia de un punto
de inflexión, característico de esta clase de polinomios. Ahora bien, no se
pueden descartar otras explicaciones y cabe la posibilidad de que este punto de
inflexión no esté haciendo otra cosa que indicarnos un cambio en el régimen de
crecimiento de la curva de población. Quizá su razón de ser responda a un
período de transición causado por la pérdida de toda una generación durante la
guerra que ha sido incapaz de reproducirse durante los años inmediatamente
posteriores a la contienda. Puede que nunca lo sepamos. En todo caso y siempre
que el modelo cúbico anterior resultase válido, vale la pena considerar lo
siguiente: en caso de mantenerse un crecimiento sostenido de la población
siguiendo el polinomio de tercer grado escrito más arriba, la población judía
global no volverá a alcanzar los valores existentes en 1939 hasta dentro de,
aproximadamente, otros 30 años a partir de ahora, es decir, en el año 2041. Por
lo tanto, habrán necesitado más de 100 años para recuperar las cifras
inmediatamente anteriores a la Segunda Guerra Mundial. ¿Quién pagará esta
factura con unos intereses de más de un siglo? Baste decir que cerca del 85 % de
los miembros de las SS que trabajaron en Auschwitz y que sobrevivieron a la
guerra han quedado impunes...
Fuentes:
Lasting Effects of the Holocaust
on the Global Jewish Population D. Spence, S.
Botterill, E. Comber and M. James. Journal of Special Topics, Vol. 9, No. 1,
2010.
Sería interesante tener gráficas de otras poblaciones, perseguidas por el nazismo y no perseguidas, para poder comparar. Sería interesante comparar tanto crecimiento anterior como desplome de las poblaciones polaca y gitana en los paises ocupados por el régimen nazi asi como por ejemplo las lineas correspondientes al pueblo aleman, ruso, frances e italiano, por decir algunos ejemplos, para contextualizar que parte de esa caida ha podido ser producto de los rigores de la guerra.
ResponderEliminarDe dónde has obtenido los datos