Si a estas alturas os tengo que presentar a José Manuel López Nicolás, una de dos: o bien es que estáis en un apuro y esto de la divulgación de la ciencia no es lo vuestro o, peor aún, lleváis muy poco tiempo leyéndome (tanto aquí en mi blog como en Twitter). Porque sí, porque Jose (así es como él se hace llamar, sin la horrible tilde diacrítica) es mi amigo, mi hermano del alma, pero, por encima de todo, porque Jose es un divulgador como la copa de un pino, tanto a través de su inmenso blog SCIENTIA, como en sus charlas por toda España, por la prensa y, ahora por fin, con su primer libro de divulgación: Vamos a comprar mentiras, editado por Ediciones Cálamo.
Veréis, esta no es una reseña cualquiera, no, ni mucho menos. ¿Por qué? Pues por una sencilla razón, aparte de la sentimental que me une con el autor del libro que hoy os traigo. Vamos a comprar mentiras es un libro muy especial para mí porque tuve el enorme privilegio de poder leerlo cuando aún estaba sin publicar, cuando ni siquiera tenía editorial que se hiciese cargo de su edición. Jose me había hablado largo y tendido de los problemas por los que había pasado con el manuscrito original y yo siempre le animé a que intentase por todos los medios encontrar una editorial. El material era demasiado bueno como para perderse.
Cuando por fin, tras muchos dimes y diretes (él lo sabe y yo también) la obra vio la luz el mes pasado, sentí que un sueño se había hecho realidad porque los sueños de mis amigos también son mis sueños. Sentí una especie de relax infinito, casi como si yo mismo fuese el autor. Entonces, Jose me hizo uno de los mejores regalos que se pueden hacer, una copia dedicada y firmada personalmente solo para mí. ¡Gracias, Jose! La guardaré como oro en paño, casi como si fuese el Anillo Único, tú ya me entiendes, ¿verdad?
Después de esta introducción necesaria pero no por ello menos sincera, voy con lo verdaderamente importante, que es lo que uno halla en cuanto abre el libro por la primera página. Se encuentra con 16 capítulos a cual más imprescindible, cada uno de ellos dedicado a un tema de absoluta necesidad, tanto para una persona que lo quiera leer como mero consumidor de productos de alimentación y cosmética, como para alguien que, además, esté interesado en la ciencia que hay tras estos productos, que no es poca. Vamos a comprar mentiras hará las delicias de cualesquiera de estas personas porque mezcla ambas vertientes a partes iguales. Pero no acaban ahí las virtudes del libro porque la maestría con la que Jose cuenta las cosas "a su estilo" es fresca, directa, sin tapujos, con su sentido del humor único, con una claridad y sencillez tan elegantes que más bien parece que estamos leyendo una novela. Y la trama es, en ocasiones, electrizante y te lleva de una página a la siguiente, quieres averiguar más, descubrir qué sucede después, un capítulo tras otro.
Por las 360 páginas de Vamos a comprar mentiras (¿habrá algún otro título que exprese en tan pocas palabras el contenido del mismo?) pasan las grandes mentiras y las triquiñuelas legales que emplean las grandes empresas de alimentación y cosmética para aprovecharse de nosotros, los consumidores; para abusar gracias a los resquicios que les deja la normativa y la legislación vigentes y sacarnos los cuartos mientras nos prometen el elixir de la eterna juventud, el desarrollo de una mente prodigiosa, el cuerpo perfecto y hasta la piedra filosofal si hace falta. Los alimentos funcionales, productos enriquecidos con ingredientes casi milagrosos, los riquísimos (lo reconozco, su sabor me chifla) pero inútiles Actimel-es de Danone, las mil y una leches para niños o adultos, los productos reductores del mal comprendido colesterol, la molesta y flatulenta lactosa, las bebidas energéticas para volar sin alas, los colorantes, los conservantes, los nano-productos, las píldoras adelgazantes que hacen menos milagros que un crucifijo de Jesucristo, las cremas y demás productos de belleza que, de existir realmente y realizar lo que prometen, todas las mujeres serían como Scarlett Johansson y todos los hombres como yo. Todo ello pasa por la mente crítica y la pluma implacable de Jose. No se deja títere con cabeza, aunque una cabeza bien amueblada es lo único que hace falta para desmontar toda la sarta de embustes, mentiras, trucos y prestidigitaciones que las empresas nos tienen preparados una vez sí y otra también para hacernos pagar fortunas por productos que no necesitamos y que podemos suplir perfectamente en la gran mayoría de las ocasiones por otros de fácil acceso y muchísimo más económicos.
En este sentido, el libro de Jose no se limita a enseñar la ciencia relacionada con la alimentación y la cosmética; tampoco a desenmascarar las estratagemas de las empresas para saltarse las leyes. No, va más allá aún y nos educa, nos enseña a tomar nuestras propias decisiones, a hacer nuestras propias elecciones, pero proporcionándonos herramientas científicas (en ocasiones, de simple sentido común) y argumentos basados en evidencias demostrables. Y esto Jose lo hace como nadie... porque no hay nadie como él. Háganse un favor tan grande como el que Jose nos ha hecho a todos escribiendo un libro como este y léanlo. Casi seguro que no se arrepentirán y, si lo hacen, yo personalmente me encargaré de que su autor les devuelva el dinero...